Descripción
Una noche de calor sofocante, los vecinos de un edificio estaban desesperados porque no podían dormir. De pronto, ¡la luna comenzó a derretirse! La portera, una abuelita muy ingeniosa, recogió las gotitas y fabricó helados para todos. Los helados estaban fresquitos y ricos, así que todos pudieron dormir a pesar de tener los ventiladores y el aire acondicionado apagados. Cuando todo estaba en calma, dos conejos que vivían en la luna tocaron a la puerta. Se habían quedado sin hogar. Pero la abuelita encontró la solución también para ellos…
Heena Baek, artista galardonada con el Premio Astrid Lindgren Memorial 2020, que nos sorprendió con el libro Caramelos mágicos y luego con La extraña mamá, ahora lo hace con esta sencilla y original historia.
Con diferentes materiales y un trabajo minucioso y delicado, crea un universo único, construye los muñecos y las maquetas en miniatura para fotografiarlos después.
Una historia en la que una comunidad de vecinos vive una ola de calor y una ola de amor. El cuidado de unos que ayudan a otros y el cuidado de la tierra y la luna.
Un álbum muy recomendable para todos esos pequeños imaginativos, adoradores de la luna ¡y de los helados! Y, por supuesto, para los enamorados de esas abuelitas que con empatía y amor inventan momentos mágicos.
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